11 septiembre 2006

PISANDO CHARCOS

Monótono ruido de limpiaparabrisas. Lluvia y música, palabras de fondo. Yo perdida, hundida en mi asiento. Miro las gotas caer a través del cristal. Ando detrás. Curiosa la sensación de ser pasajera de atrás en un coche. Todo el espacio para mí. Ellos hablan delante, yo no escucho.

Árboles mojados pasan ante mis ojos, tierra húmeda, ríos turbulentos, a ratos. Son bonitas las montañas mojadas.

Paramos. Estoy medio atontada… fuera llueve. Hay otros coches también parados. Algunos no se atreven a salir del coche-refugio. Nosotros nos aventuramos. Tapo mi cuerpo con mi super-chubasquero-técnico-de-montaña. Cremallera hasta arriba, ajusto puños, capucha encajada en mi cabeza. Piernas al aire, manos también.

Caminamos, otras personas lo hacen también. Nos preguntan si está muy lejos, mi amigo dice que a diez minutos. -¿Muy lejos? ¿A dónde vamos? - Pregunto yo todavía atontada. –Te lo dije antes – vamos a una cascada –dice mi amigo. –Ah.

El agua moja. Piernas, manos, nariz… caminamos. Frío. Me espabilo.

Me ilumino al verla. Bella cascada. Impresionante. Subimos, un poco. Miramos. Hemos llegado antes que el resto de la gente. Miro, miro… remiro.

Hay un caminito que se empina. Lo miro. Subo un poco. Miro abajo. Mis amigos siguen ahí quietos. –Voy a ver. – Digo.

Corro. Me mojo un poco más. Tierra mojada empinada. Paro. Miro. Me gusta más la cascada desde aquí arriba. El camino vacío, nadie delante, nadie detrás. Frente a mí, sobre mí, por debajo de mí, agua. Más allá el camino sube. Y yo con él. Subo, corro, salto, me como las piedras y las ramas, corro… Me paro jadeante y miro abajo. Dos pequeños puntos. Mis amigos. Grito. Miran. Saludan. Me hacen señas, quieren que baje. Se mojan.

-Voyyyyyy –Digo. Y bajo corriendo. Me estorba la capucha y la tiro para atrás. Mis ojos buscan piedras estables y las piso, salto de una a otra. Libre. Llego donde mis amigos. Congelados ellos dos, yo ya no.

-Cuidado al bajar, esto resbala. –Oigo la voz de mi amigo. Es tarde, corro por esa bajada resbaladiza, salto ante la posibilidad de cada resbalón. Charcos, piedras, plantas… Me mojo y me encanta. Paso de largo a otras personas. Miran con cara rara. Piso charcos y me mojo más.

Vuelta al coche. Pista. Charcos, muchos charcos.

Ya despierta durante el resto del viaje. Subimos. Ahora corremos en ese coche enorme que se traga las piedras y los charcos del camino. Vaivén. Coche. Rara esta manera de andar por la montaña.

Algo en común con mi amigo. A él le encanta pisar charcos en la montaña con su todo terreno. A mí me gusta hacerlo con las piernas. Los dos pisamos charcos.

9 comentarios:

  1. a mi me gusta pisar charcos, pero con unas buenas botas ;-)

    kss

    ResponderEliminar
  2. esta mañana ha llovido mucho por aquí. he pisado varios charcos y me he acordado de ti.

    (me ha salido un pareado y no estaba preparado)

    (upss...otra vez!)

    jajaja

    besos

    ResponderEliminar
  3. ¡Hola!
    Me gusta caminar bajo la lluvia, pero no soporto pisar charcos. Me enfado cuando tengo los pies mojados, sobre todo en invierno, que llevamos calcetines :S
    Besos

    ResponderEliminar
  4. He llegado a blog dando saltitos, de puntillas, por otros blogs...y me has sorprendido. No tú, sino tu blog, bueno o lo que hay de tí en tu blog.

    Juntas letras con significados allá dónde parece difícil encontrarlos.

    Te dejo, que voy a seguir enredando por tu blog otro poco...

    ResponderEliminar
  5. hace no demasiado, en mi viaje al norte estuve en un sitio asi.... mmmmm mmmmm m encanta como lo describes... quiero volver!!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  6. Hace poco que aprendí a caminar bajo la lluvia. Realmente es como si te diera energía. No podía parar de sonreir. Curioso.

    http://carceldeif.blogspot.com/2006/06/bajo-la-lluvia.html#links

    Ya te dije que he escrito sobre todo.

    Una pregunta, ¿tu amigo te dejó subir al coche llena de barro y agua?

    ResponderEliminar
  7. siendo una "pesqueñina" es normal que te guste mojarte y empaparte...

    esperemos que no te encojas (sino que te expandas como una esponja) y no olvides que debemos dejarte crecer...
    :P

    ResponderEliminar
  8. los charcos que describes me suenan... a mi también me gusta más pisarlos con las piernas que con el coche ^^
    *hoy hay charcos por todas partes, mi pequeña ciudad está mojada (y yo también) :P
    1beso

    ResponderEliminar
  9. sinfonía agridulce,
    Yo también prefiero no mojarme los pies. Este año me los he mojado muchas veces. Ese día llevaba unas zapatillas de correr por la montaña que no son impermeables pero aguantaron bastante bien. Mis piernas sí que acabaron chorreando y llenas de barro.

    evita duncan,
    Pareados no preparados… charcos recién pisados. Estos días lluviosos propicios para charcos y demás quizás me volverás a recordar. Besos.

    stefy,
    Los pies mojados no me gustan a mí tampoco. A veces es inevitable que se mojen. He corrido dos medias maratones (21 kilómetros y algo más) bajo la lluvia, pisando charcos y acabé con los pies arrugados. Eso no, pero la sensación de caminar, correr… bajo la lluvia es genial.

    gatazul,
    Encantada de tu visita. Me gusta que te guste.
    Significados. están dentro de nosotros. El significado es algo humano. Letras, significados, sentimientos…

    pececito,
    Yo también quiero volver.

    if,
    Me ha gustado tu post. Esa sonrisa… Genial.
    Claro que me dejó mi amigo subir al coche. Pobre de él si no me deja. El coche era un todo terreno y con él nos metimos por sitios por los que nunca imaginé que iría en coche. Coche lleno de barro por fuera ¿por qué no por dentro? Jeje.

    somiatruites,
    Eiii!! Chiquilla… aquí diciendo que yo soy una pesqueñina… jaajajaja. Yo sigo creciendo… ya sabes que cada día estoy un poco más gordota, grandota… (todo acabado en ota). Un beso.

    caperucita,
    Mojada en tu pequeña ciudad. Aquí también llueve, día sí y día también. Ahora resultará que compartiremos pequeña ciudad :P.

    ResponderEliminar

¿Qué piensas?