20 septiembre 2006

dos o tres segundos...

En un rincón un minúsculo trozo de mi piel. Lo cojo, lo toco, lo miro, lo estrecho contra mi pecho. Me lo quedo.

En esas noches de dejarme sentir… quizás me olvidé de vivir. Quise dormir y sólo me atreví a gemir. Y perdí un trocito o varios de mí.

En mitad de la helada estepa descubro la magia perdida… dos o tres segundos de ternura… y un interrogante silencioso respirando al lado, durmiendo. Y la respiración que se acopla a su sueño.

Y quiero despertarme… y sentir, aunque duela. Porque el hielo que me aprisionó, también me protegió y ahora… me pervirtió. En sueños veo que me encantaría compartir un sueño. Y, sin embargo, dije no. Y sigo en ello.

Fría y cálida… ternura ausente, independencia consciente. No necesito a nadie porque sé dormir sola y me pierdo en mis sueños cuando duermo. Y sin embargo, hoy, me pierdo con los ojos muy abiertos.

En mis manos mi piel a tiras, tirada… siente y está viva… y sin embargo no sabe “vivir”.

Me dejé tocar y sentir… no vivir. Ahora aprendo.

Una noche más recojo el sueño y lo guardo en los pliegues de la espiral de mi casa de caracol. Y duermo…

2 comentarios:

  1. "no me hace falta la luna, ni tan siquiera la espuma..., para no tenerle miedo al miedo de estar solos, solos en el universo. Me bastan solamente dos o tres segundos, de ternura..."

    ¿cómo se le enseña a una piel a "vivir"? :/

    felices sueños... ^^

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  2. Caperucita,

    Lo más simple a veces parece tan lejano y complicado de conseguir… cómo encontrar la ternura “Sin vernos un instante más allá de los espejos…”

    “Por eso necesito, aunque sé que es un exceso, que tus ojos me digan algo así como de acuerdo, estoy aquí a tu lado para que no tengas miedo, al miedo de estar solos, solos en el universo…”

    Diminuta bajo la inmensa bóveda del cielo estrellado… me gusta mirar arriba, me fascina su brillo pero “No me hace falta la luna…” llenar mis ojos con su luz es suficiente… y sin embargo, no puedo evitar, a veces, sentir el vacío y sé, siento, que simplemente “Me bastan solamente dos o tres segundos de ternura…”

    A veces, Aute me susurra palabras bonitas al oído…

    No sé si es posible enseñar a vivir… el vivir es una acción que se realiza en el mismo momento en que “eso” sucede. Quisiera aprender, mas no sé enseñar. Aprendo sin saber cómo.

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