27 agosto 2006

fluido grueso

Líquido espeso. Negro en mis labios, suave en mis ojos. Líquido que es más que un simple fluido que corre. La densidad de un líquido está directamente relacionada con las sensaciones que produce en los labios.

Este es un líquido grueso. Y negro. Suave. Dulce. Terriblemente dulce y amargo a la vez. Dentro de mi cuerpo además se vuelve extrañamente elástico. Se mezcla con mis neuronas. Corre entre ellas y crea nuevas sinapsis.

Hoy duelen las ondas de sonido que de rebote en rebote van a parar a mis oídos. Y, sin embargo, no quiero dejar de escuchar esas notas musicales. Hoy el café en forma de líquido grueso se convierte en necesidad. Hoy me duelen todos los dolores de cabeza de mi vida y hoy no dejo de vivir por ello. No me escondo porque no quepo en ninguno de mis escondites.

Pequeña, encogida, desnuda… sentada en una silla que gira. Olor a café enganchado a mi piel, sabor a extraña hiel perdido entre mis dedos. Casi me trago el teclado con las manos ¿ha encogido?

Hoy hablaba el periódico de una extraña epidemia de dolor de neuronas hastiadas. Epidemia en mi cabeza, epidemia de deshielo anticipado. Epidemia de besos olvidados que no vienen a curar las migrañas del desengaño. Epidemia de escritos raros.

Antes me escondía en ti. Tus caricias tapaban mis miedos.

Cuando no hubo escondite me quedé al sol. Luego vino el frío y también me quedé allí. Tiempo después permanecí. Y descubrí que yo podía ser mi propio escondite.

Vinieron a taparme y me dejé y luego me aparté. Me aparté más que me dejé. Quizás dolió a alguien.

Quizás ya no sé dar amor. Quizás no sé recibirlo…

Hace unas noches, alcohol y música mezclados a partes iguales corriendo por mi piel… la mejor combinación para esconder mis miedos tras una enorme sonrisa. O no…

Hoy quería escribir sobre el amor y este dolor vino a impedírmelo. El aire huele a algo que no es amor y yo me pregunto por qué los sentimientos son siempre tan complicados. Me pregunto por qué será tan difícil explicar lo que sienten los sentidos con palabras porque quizás si pudiera hacerlo me resultaría más fácil entender esta sensación extraña que llena mis fosas nasales y a través de ellas pasa directa a mi cerebro provocando… provocando… provocándome.

Echo de menos el olor del café, el de la hierba en medio de la nada, el de las flores nocturnas de los veranos de mi infancia, el del deseo no racional. El sentir ingenuo de despertares indoloros.

Dulce granulado que cae sobre una fina capa marrón que tapa un líquido negro y se queda ahí. Equilibrio inestable… finalmente la capa marrón cede y el azúcar se hunde. Una cucharilla dentro se mueve. En la taza dentro, todo, café, labios… se mezcla y se vuelve denso.

Trago… otra vez líquido grueso. Dicen que es bueno para los dolores. Contrae a las arterias díscolas que deciden ir a su aire y provocan un dolor sordo a ambos lados de la cabeza.

Medicina para el alma en forma de líquido negro. Medicina para el cuerpo en forma de palabras tecleadas con descuido.

Y mientras, el mundo se mueve… la tierra gira, se traslada, los equinoccios se suceden y los solsticios también. El mundo vive ajeno a los líquidos gruesos y a los dolores extraños. ¿Y el amor? Yo ya no sé si sé de amor.

7 comentarios:

  1. Me has leído el pensamiento...

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  2. Hay gente que se extraña cuando bebo agua y digo que está muy líquida o espesa dependiendo de si es embotellada o del grifo, pero es cierto, el agua, el café, pueden ser espesos en la boca y no en el vaso.

    De niña siempre había pensado que dar amor era más dificil, más costoso y laborioso que recibirlo. Ahora sé que no.
    Sé dar amor, o eso creo, pero no sé recibirlo. O sabía y se me ha olvidado.

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  3. mmm... yo me encuentro en stand by... no quisiera dar a la persona equivocada, pero tp m siento capaz como para notar que alguien me este dando a mi amor...

    complicados sentimientos, que requieren un tiempo de reflexion... y en esas estoy!

    besis y animo!

    pececito

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  4. Hay sensaciones que atraviesan nuestro torrente sanguineo de esa forma, lenta y espesamente, invadiendo nuestro cuerpo, adueñándose de nuestros sentidos e intenciones, espesándolos también; (como dices esto puede ser algo dulce y amargo a la vez, sin saber porqué...)
    Dirás que es algo tonto, pero mientras te leía me venía a la mente una imagen tuya (?) avanzando trabajosamente a través de un pesado y oscuro líquido, avanzando sin poder avanzar, fluyendo con triste lentitud.
    Maravilloso escrito
    Un beso grande grande.

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  5. Gótika (anónima),
    Ya sé que me lees... aunque está bien verte por aquí.

    Violeta,
    No era consciente de ello, pero si te leí el pensamiento genial ¿no? Encantada de que te pases por aquí y encantada de saber quien se esconde tras este bonito nombre.

    If,
    Estos humanos están locos… nos olvidamos de sentir, quizás por eso nuestros sentidos están apelmazados y ya no notamos el grosor de los líquidos en la boca.
    Recibir es siempre más difícil creo. Aunque dar implica también, de algún modo, recibir, para poder dar “bien” debemos poder primero darnos a nosotros mismos y si no podemos recibir mal lo tenemos. Cuesta… pero vale la pena aprender a hacer ambas cosas a la vez. No dudo que una “chica lista” como tú aprenderá (o reaprenderá) a recibir.

    Vit@,
    ¡Uy! Pensé que me comentaba a mí misma. Soy un poco copiona… me llamo como tú. Pero te aseguro que no sabía de tu existencia cuando me bauticé. Bienvenida a este lugar.

    Pececito,
    Cuando la persona adecuada esté delante lo notarás. Simplemente se trata de dejarse fluir y escuchar a nuestros sentidos, sentimientos… A veces la reflexión no sirve de mucho en esto del sentir. Besos.

    Tormenta,
    No, no digo que es algo tonto. Una imagen mía avanzando lentamente… a veces. Estos días han sido un poco espesos… me movía entre líquidos gruesos. Pero fluía. No he dejado de hacerlo. Maravilloso comentario. Otro beso.

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