21 octubre 2010

Noche

Me vuelvo líquida al anochecer y los pensamientos licuados se me escapan entre los dedos.
Diez, son sólo diez repartidos entre dos.
 
Sólo dos manos impotentes que no pueden atrapar los pensamientos que resbalan hasta finalmente detenerse para flotar en el aire como nubes líquidas.
Varios, ante mis ojos.
 
Flotan frente a mí fragmentados entre las nubes y yo los observo. Pequeños, grandes, insignificantes, míos, pensamientos.
 
Miles, los trozos de ideas.
 
Divididas en pedazos de mí. Versiones insignificantes de los sueños robados a la noche.

10 octubre 2010

Pensamientos

Atrapada en el devenir de los días mojados cada vez más oscuros perdí la conciencia del fluir de mis pensamientos. Y esta noche, la más húmeda de este otoño raro, aparecen en forma de urgente, sorda, sibilancia interna.

Durante este tiempo mis neuronas anduvieron ocupadas dibujando conexiones lógicas entre fragmentos de expedientes de mi mundo laboral, las manos sobre teclas llenas de números y las horas ociosas llenas de muebles que transportar, montar, limpiar...

Acostumbrada a un tiempo de lógicas materiales este nuevo pensamiento líquido me resulta raro. Siento las manos torpes desconectadas de la materia mojada que ahora llena el interior de mi cabeza. Y sin embargo... no dejo de fluir, de sentir... y de algún modo logro enlazar ese líquido frío con mis dedos obligados como bailarines malditos a bailar, aún a su pesar.

Manda en mi mundo mi yo racional, el mismo que no puede evitar el fluir de mi otro yo que crece y se expande caótico, lento, grueso, irregular y extraño en forma de líquido pensamiento cargado de emociones.

Tratando de poner puertas al mar contenido en mi cabeza tropiezo con restos de imágenes que deseo olvidar y otras que deseo recordar. Me esfuerzo por fijar uno sólo de esos pensamientos, atrapar su esencia y quizás así entender. Entre todas las opciones posibles me quedo enganchada a la decepción por los sueños abandonados.

Me dejo ir, cansada, mientras noto como todo se oscurece a mi alredeor. Pienso, no puedo evitar hacerlo. El espacio negro se llena de todos los restos de pensamientos abandonados y al fin la noche, mi noche, se convierte en descanso.