25 noviembre 2006

AIRE

Hay ciudades de agua, de sol, de puentes rojos imposibles, ciudades con ríos, ciudades de luz, de mar, de canales, ciudades… Y ahora sé que también existe una ciudad del viento

Visité un día la ciudad del viento. Me sorprendí en otro momento mirando las aspas de molinos blancos girar en lo alto de las lomas. Siempre hace viento en algunos lugares.

Gigantes blancos más aerodinámicos que aquellos contra los que luchara Don Quijote. Gigantes al fin y al cabo.

Me pregunto si el aire sirve para descongelar. Sé que hay frigoríficos con un ventilador interno, pero también hay hornos con ventilador. ¿Esos ventiladores blancos y grandes sirven para descongelar?

Los besos saben a historia en la ciudad del viento. Quizás por eso los romanos anduvieron durante un tiempo por allí; el suficiente para dejarnos, a los contemporáneos, bonitas ruinas. Yo lo agradezco.

El viento esparce las palabras las ideas, los mensajes… dispersa las letras y crea post extrañamente dispersos.

07 noviembre 2006

"EL CORAZÓN DE LA POESÍA CHINA"

Parecía una persona “normal”. Pronto me di cuenta, en el transcurso de la cena, que esa mujer sabía chino. Pero seguía pareciendo alguien “normal”. Yo comía, callaba y escuchaba. Sólo respondí cuando me preguntaron. Ella hablaba de Asia Oriental. A su lado su amiga Búlgara quiso hablar de otras cosas y me eligió a mí.

Ahora ya no parecía una persona tan “normal” era la oradora, la protagonista de esa conferencia. El hecho de que supiera chino no era una anécdota. Había cenado con una de las ponentes de ese evento sin enterarme. Era simpática.

China y su poesía. Tono llano, ascendente, descendente, entrante, oblicuo. Fascinante ese tono oblicuo. Quiero ser oblicua. Quizás si lo consigo logre entender ese laberinto de contradicciones de que se compone la poesía china.

Un corazón mitad yin, mitad yang. Eso lo explica todo. Armonía en la contradicción. Yo que soy más griega que china pienso en Heráclito.

Trato de concentrarme, me gustan esos dibujillos. Caracteres Chinos. Hombres, hombre, ausencia de plural, ¿y las mujeres? Me faltan datos, me pierdo. Me cuesta mantener la concentración. Debí haberme tomado otro café. Ahora es tarde.

Sentada trato de no moverme. Escucho. Corazón y sentimientos chinos expresados con palabras que evocan a la montaña, el vacío… A mi izquierda está sentada una amiga. A la derecha tú.

Hay mucho espacio a mi izquierda. A mi derecha apenas hay separación. No me lo explico, yo no me acerqué a ti, sólo me senté y traté de concentrarme en las palabras de la conferenciante.

Te miro, a veces. Estás cerca. Rozo tu brazo, tu pierna. Trato de no hacerlo, pero, repito, estás cerca.

La ponente habla del espacio en poesía. Huecos que forman parte del poema en el chino y sus traducciones. También en cualquier otro idioma. Tú decides poner espacio, te levantas y sales. Y llena el espacio la poesía china. Voces educadas para la opera china, instrumentos que no han cambiado en siglos, historias de la naturaleza para expresar sentimientos. Tono oblicuo y misterio… ninguno de los oyentes sabe chino, pero todos guardan silencio. Tú ya estás fuera esperando. Oímos el mismo poema chino separadas por unos metros de aire. El espacio es afín a la poesía.

El espacio trajo frío. Durante horas hubo, mesas, lluvia, vasos, truchas, tazas de café y té, palabras y personas… llenando el espacio entre las dos. Hacía frío.

Oblicuo yin y yang en contradictoria unión en la escuela de idiomas modernos y el frío desapareció. El corazón de la poesía china es contradictorio, creo. Como todo buen corazón.

Cerca. Se acoplan con sorprendente facilidad cara y cuello, huecos entre los dedos con otros dedos. Tu sonrisa se engancha a la mía. Deja de hacer frío.

Pienso que los besos, como el “Tao”, son difíciles de expresar con palabras, por eso decido dejar de usarlas por un rato. Poesía…