13 enero 2010

Lo que se esconde dentro


Recuerdo el día en que sentí la cercanía de su soledad. Imágenes corriendo entre mis neuronas. Pensé en grabarlas con letras, cerré los ojos y tecleé. Luego esperé y las letras volvieron combinadas de un modo diferente. Las leí, las degusté, paseé, me escapé y corrí.

Golpeando con mis zapatillas las piedras del camino se movía en mí un sentimiento de acompañada soledad. Grité al aire que me respondió con el silencio imperfecto de la montaña.

Ahora con mis dedos toco letras. Grabado en cada una de ellas anda mi pensamiento. Me gustaría expresarlo y luego alejarme para observarlo; pero hacerlo duele.

El dolor instalado en cada una de mis neuronas se concentra en un punto concreto situado en un lugar preciso en la parte derecha de mi cabeza.

Busco entre mis recuerdos un remedio mágico contra el dolor. Los otros remedios, los que tienen forma de pastilla, no funcionan. Quizás halle un modo de hacer viajar mi conciencia a un estado anterior en que no duela.

Elaboro pensamiento con fragmentos del pasado. Recuerdo las horas eternas llenas de letras que formaban palabras que componían oraciones que enlazaban con otras frases en largos textos, que competían entre sí por destacar ante mis ojos.

Esa soledad buscada… compartida… resumida en cientos de letras combinadas de miles de modos diferentes.

Recuerdo días, que fueron meses, alejados por siglos de tiempo indefinido. Los versos, los besos, los diversos pensamientos mezclados con leves movimientos de mis dedos dispersos…

Levanto mis manos, inmovilizo mis dedos; los ojos cerrados; sigue doliendo. Recuerdo débil y lejano el pensamiento de la ausencia de dolor.

06 enero 2010

DESCONECTADA

Dos pequeños agujeros oscuros en la pared. Hace días que los miro. No enchufo nada, no los toco, sólo miro.

En horas, días, o meses… no hubo enlace entre mi cuerpo y la energía. Se rompió el cable, o quizás dejó de llegar la electricidad y yo me desconecté.

En la red busco un asidero cálido en el que introducirme. Me lía, me lío, mezclada en cables noto algo oscuro y frío. Duele… y huyo en busca de calor.

Me asomo a una ventana en busca del sol y me sorprende no hallarlo. Quizás dejó de calentar.

Me escondo en el rincón más frío y miro, sigo mirando esa blanca placa cuadrada con dos agujeros pequeños. Quizás podría introducirme por ellos y explorar la red eléctrica. Quizás…

Me escondo otra vez. Busco mis heridas y las lamo. Me alimento y reposo. Espero. Quizás pronto pueda encontrar algo de calor.