
Pasaron las estaciones, las tormentas y la calma. Y de nuevo hablamos en este café sin café.
Palabras en el humo de tu taza y al fondo tus ojos sonrientes otra vez. Me cuentas de tus sueños, los perdidos, los ganados. Los que aún no son y los que nunca serán.
Vuelvo a explicarme mal, vuelves a entenderme bien. Vuelvo a reír vuelvo a escuchar, vuelvo a decidir que me gusta tu amistad.
Y siguen las palabras en el aire mezclándose con humos y risas. Y me siento afortunada y pienso en tragar el aire preñado de sentimiento de este lugar y quiero explicar y quiero escuchar. Y como no sé hablar, guardo silencio.
Atrapo callada tus palabras, el sentimiento, lo aprendido, lo olvidado, lo vivido, lo ganado.
A ti que un día me recordaste el camino al sentimiento. A ti que me enredaste con amarras de alegría cuando ya no sonreía. A ti que ahora andas por aquí. A ti que ahora todavía me haces sonreír. A ti, para ti, hoy, las letras de mis dedos.